El Indoblegable Menoyo

10 11 2012

Eloy Gutiérrez Menoyo. La Habana, 1959.

París, 9 de noviembre de 2012.

Querida Ofelia:

Aquí te envío otro de los documentos que me fueron entregados por sus autores en Miami. Este sobre el fallecimiento del ex comandante guerrillero del Escambray Eloy Gutiérrez Menoyo, fue escrito por el poeta disidente Yndamiro Restano.

“A Eloy Gutiérrez Menoyo nadie lo pudo doblegar. El poder fracasó con Menoyo, especialmente el poder totalitario, que actúa bajo el principio macabro de que el fin justifica los medios. Pues, el Jefe del Segundo Frente del Escambray, actuaba por conciencia. Entonces, la soberbia del poder ante alguien que no le reconoce, intentó convencerlo bajo el burdo pretexto de que para que Cuba fuera libre había que esclavizarla. Pero Menoyo no aceptó. Se marchó al destierro con la desilusión en el alma y tuvo que volver a la épica libertadora, que había marcado su vida y la de su familia. Así son los héroes, pensó que con varios hombres valientes podía derrumbar un sistema totalitario apuntalado por la KGB y la Unión Soviética. Entonces, lo apresaron y lo encerraron. Ya en la Cárcel pretendían doblegarlo y conducirlo al trabajo forzado, pero Menoyo se negó y los esbirros del penal le dieron golpes sin piedad, le dieron como han golpeado siempre los esbirros de todas la épocas, pero la paliza sádica no pudo doblegar al comandante del Escambray, que sordo de un oído y ciego de un ojo, pasó 22 años en rebeldía. Incluso, dentro del penal, le abrieron otra causa por conspirar con militares y le sentenciaron a 25 años más.

Finalmente, salió en libertad y decidió continuar su lucha de manera pacífica. Menoyo logró, entonces, reunirse con Fidel Castro y otros representantes del poder totalitario, pero Menoyo había cambiado la táctica de lucha, pero estratégicamente seguía indoblegable. Menoyo no quería participar en una comedia de la libertad sino trabajar en conjunto con sus antiguos carceleros, para sin odio ni bajas pasiones reconstruir la República. El poder siempre mintiendo. Menoyo siempre indoblegable. Por supuesto, todo terminó en fuegos artificiales, casi todos los participantes, por la parte del gobierno, en aquel esfuerzo, fueron de una forma u otra defenestrados y finalmente, Menoyo se quedó en Cuba. Allí estuvo hasta que murió como una presencia acusadora frente a la mentira y la demagogia. Que descanse en paz Menoyo, el indoblegable, el Comandante del Escambray, el preso político, el pacífico opositor, el que nunca aceptó que para liberar a Cuba de una dictadura había que irremediablemente esclavizarla.” Yndamiro Restano

Con cariño desde La Ciudad Luz,

Félix José Hernández.


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